top of page

Oleadas de placer

Volvimos de viaje. Al fin solos. Me fui al super en busca de la cena y vos te quedaste en casa preparándote para la cita de la noche. Dylan, cargando pilas y yo esperando para pagar en la caja. No puedo evitarlo y ya te imagino en la cama, firme y preparado para el encuentro. Estoy caliente. Hace tanto te deseo, no puedo creer que finalmente llegó el día, nuestro día.


Llego a casa, permanecés en silencio mientras yo acomodo las compras en la cocina y subo a la habitación. Antes del primer escalón ya me saqué el calzado y las medias, por el quinto escalón perdí el pantalón, y al llegar arriba solo me queda la ropa interior.


Te veo en la cama y te miro con deseo. Me desprendo de las últimas prendas que me cubren la piel. La tuya es tersa y firme, una belleza, y tu contorno se marca maravillosamente contrastando con las sábanas claras. Te miro y comienzo a imaginar tus movimientos dentro mío. Mi interior se humedece. Muchas fantasías, tantas fantasías.


Voy a tu encuentro con ganas renovadas. Desde hace un mes que sueño constantemente con vos, pero desde hace 3 días que no paro de pensar.


Te siento sobre mi piel. Me acaricias, suavemente. Con toda la previa que vengo haciendo desde hace tantos días, tenerte acá, tan cerca mío me obnubila. Me aturde.


Sos tan grande, dudo que puedas entrar, pero mis ganas son más fuertes. Si con paciencia y con saliva el elefante se cogió a la hormiga, el gel me puede ayudar, estoy segura.


Abro la tapa y vierto unas gotas sobre vos. Con la mano, te unto entero, para arriba y para abajo asegurándome que toda tu superficie quede cubierta y resbaladiza. Fuiste hecho para mí, pienso.

Sentirte, tocarte, me deja preparada para que me penetres. Primero la puntita. Me río recordando la suplica de tantos "solo la puntita, dale" pero yo no quiero solo la puntita, te quiero todo y entero adentro mío. Suavemente y despacito vas entrando. Es verdaderamente un placer sentir como te deslizas dentro mío, cómo mi cuerpo se va abriendo. Y te toco, y comenzás a vibrar, y te toco denuevo y te comenzás a mover.


Te movés dentro mío como ningún hombre lo ha hecho nunca. Y como ninguno lo hará. Movimientos profesionales y únicos que disfruto yo. Solo yo. Tu cabeza se mueve diciéndome "vení, vení" y yo siento que me vengo. Tu vibración es magistral. Cambio de ritmo. Ahora es como una oleada, comenzás intenso y cuando vas bajando siento que me voy con vos, te necesito, fuerte. Cambio el modo. Ahora estás más intenso y tú movimiento me ayuda, es como si supieras que necesito que te muevas y vibres y recorras justo el punto de mi centro de placer.


Es un juego para vos y a mí se me va la vida. Te siento, te siento, y así, en una de tus pasadas por mi sexo hinchado y excitado, mi cuerpo entero se contrae y se libera, y te absorbe y necesito apagarte por qué me estoy volviendo loca de placer.


Me volví incoherente, lo sé, creo que te dije que te amo. Mis promesas de amor durante los huracanes de placer deberían estar prohibidas. Te miro, me río, y agradezco al universo que Dylan, solo seas un juguete, sin correr riesgos de lastimar tu corazón.


@desatadaysensual

8 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page